El glamour nace, se hace o se compra en el Super?


martes, 6 de noviembre de 2007

Alguien con quien hablar


Ayer escuché una entrevista con un tal Ángel Gabilondo, catedrático de no se qué y que había escrito un libro cuyo título me encantó... "Alguien con quien hablar"

La entrevista no tenía desperdicio. Pero las ideas que dejó bailando en mi cabeza me gustaron mucho más.
Y es que, lo verdaderamente interesante siempre viene de tu interlocutor... Para que los sonidos sean palabras necesitas a alguien que las recoja y las interprete y las aliente y les de vida con un intercambio productivo (o no). Porque al fin y al cabo la mayoría de las veces cuando dialogamos, e incluso algunos monologamos (mea culpa), es porque disfrutamos mucho escuchándonos a nosotros mismos. A veces incluso, hilas un montón de frases hechas que no tienen alma y las sueltas... ahí te apañes con eso compañero!

Pero hablar, lo que se dice hablar, conversar, dialogar son cosas distintas... y haciendo un análisis crítico a mi misma me he dado cuenta que ya no es tan habitual como antes esto de las buenas conversaciones.
Del intercambio de ideas, de caladas de rubio (con y sin aliño), de sorbos de café y de nuestro personal catálogo de seres y estares hemos pasado a conversaciones más frívolas, más rápidas, menos intensas, como precocinadas...
Y me ha dado pena. Porque efectivamente, las palabras tocan, las palabras aman, las palabras tienen vida propia y si no las usas, y si no las sientes y no las dices en compañía se secan como las flores sin agua.

Y es que encontrar buenos conversadores hoy en día está dificilísimo chica. Casi tanto como encontrar un buen polvo, que ya es decir...
Porque en el fondo, las personas que son como yo, me caen fatal. Aunque, afortunadamente no hay muchas! A mi las que me "ponen" intelectualmente y conversacionalmente hablando son las diferentes, las que tengan algo que enseñarme, las que sean capaces de hacerme ver el otro lado de la moneda. En fin, aquellas con las que pueda discutir a brazo partido... y quedar en tablas!

Mataría por una buena conversación.
Te apuntas?

5 comentarios:

Pequeña Silvi dijo...

Yo converso contigo cuando, dónde y como quieras, mi amol!

Lo de encontrar un buen polvo va a ser más difícil...

Anónimo dijo...

Gata creo que tienes razón. Es difícil encontrar a alguien con quien entablar una buena conversación. Una charla tranquila en la que cada dialogante nota que la otra persona capta sus sentimientos, sus ideas o sus pensamientos aunque no los comparta. Y eso es lo bonito de una buena conversación, el ver que tu oyente es capaz de no darte la razón como a los tontos. Que es capaz de exponerte su punto de vista sin intentar convencerte de que es el correcto y que cualquier otro es completamente erróneo.
Y es que una buena conversación es como un buen polvo. Tu das parte de ti a la otra persona, te entregas a ella, y ella a su vez te da parte de su ser. Y si con un polvo llegas a un orgasmo físico, con una buena conversación puedes conseguir un orgasmo intelectual realmente placentero.

María dijo...

hola glamouros@s:
Gata Lola me acaba de echar la bronca porque no había participado en el foro de comentarios. Sabéis que soy adicta de nuestro blog pero a veces coincide que tardo medio día en visitarlo y no puedo ir tan "al día".
Bien, justificada mi ausencia, os digo que sí, es dificil manterner una buena conversación...es cierto que a veces o tenemos conversaciones muy triviales y vacías, que te dejan vacío, o conversaciones rápidas, llenas de pinceladas rápidas.
No sé si os pasará a vosotros pero cuando intento mantener alguna conversación más articulada y demás hay personas que no las quieren seguir...quizá gata lola y yo estremos pensando en alguna persona en común...
En fin, yo converso mucho conmigo misma
con amor,
maría

La gata Lola dijo...

Pues sí Mari Glamur razón no te falta...
Pero a ver cuándo nos marcamos una cena de esas de charrada hasta las mil, que ya tengo mono!

La gata Lola dijo...

Y Mari Glamurosa, lo de hablar con uno mismo está bien... pero es mejor compartir las palabras. Si no, la cosa pierde interés enseguida porque no haces más que reciclar ideas propias en lugar de enriquecerte con las ajenas.
En fin, lo dicho. Me presto voluntaria para una sesión de palabras con chocolate. No existe mejor placer en la vida... o sí? Ja, ja, ja!