El glamour nace, se hace o se compra en el Super?


martes, 24 de febrero de 2009

Hoy me he despertado...

....violenta y ochentera...



¡¡¡Qué grandes!!!

domingo, 15 de febrero de 2009

Igual que en los sueños

El sueño de la razón produce monstruos - Goya

La noche del primero de mayo de 1820, mientras su intermitente locura lo visitaba, Francisco de Goya y Lucientes, pintor y visionario, tuvo un sueño.
Soñó que estaba con su amante de juventud bajo un árbol. Era la austera campiña de Aragón y el sol estaba en lo alto. Su amante estaba sentada en un columpio y él la empujaba por la cintura. Su amante llevaba un pequeño parasol de encaje y reía con risas breves y nerviosas.
Después su amante se dejó caer y él la siguió, rodando por el prado. Se deslizaron por la pendiente de la colina hasta que llegaron a un muro amarillo. Se asomaron por encima del muro y vieron a unos soldados, iluminados por un farol, que estaban fusilando a un grupo de hombres. El farol era una incongruencia en aquel paisaje soleado, pero iluminaba lívidamente la escena. Los soldados dispararon y los hombres cayeron, cubriendo los charcos de su propia sangre. Entonces Francisco de Goya y Lucientes sacó el pincel de pintor que llevaba en el cinturón y avanzó blandiéndolo amenazadoramente. Los soldados, como por encanto, desaparecieron, asustados ante aquella visión. Y en su lugar apareció un gigante horrendo que devoraba una pierna humana. Tenía el pelo sucio y el rostro lívido, dos hilos de sangre se deslizaban por la comisura de su boca, sus ojos estaban velados, pero se reía.
¿Quién eres?, le preguntó Francisco de Goya y Lucientes.
El gigante se limpió la boca y dijo: Soy el monstruo que domina a la humanidad, la Historia es mi madre.
Francisco de Goya y Lucientes dio un paso y blandió su pincel. El monstruo desapareció y en su lugar apareció una vieja. Era una bruja sin dientes, con la piel apergaminada y los ojos amarillos.
¿Quién eres?, le preguntó Francisco de Goya y Lucientes.
Soy la desilusión, dijo la vieja, y domino el mundo, porque todo sueño humano es un sueño breve. Francisco de Goya y Lucientes dio un paso y blandió su pincel. La vieja desapareció y en su lugar apareció un perro. Era un pequeño perro sepultado en la arena, de la que sólo sobresalía la cabeza.
¿Quién eres?, le preguntó Francisco de Goya y Lucientes.
El perro alzó el cuello y dijo: Soy la bestia de la desesperación y me burlo de tus penas.Francisco de Goya y Lucientes dio un paso y blandió su pincel. El perro desapareció y en su lugar apareció un hombre. Era un viejo grueso, con el rostro hinchado e infeliz.
¿Quién eres?, le preguntó Francisco de Goya y Lucientes.
El hombre esbozó una sonrisa cansada y dijo: Soy Francisco de Goya y Lucientes, contra mí no podrás hacer nada.
En aquel momento Francisco de Goya y Lucientes se despertó y se encontró solo en su cama.

Autor: Antonio Tabucchi. El texto pertenece al libro "Sueños de sueños".


jueves, 12 de febrero de 2009

Saint Ballantines in Badil: Part Two.



...porque no siempre la poesía es la forma más directa de llegar al corazón... o a donde quiera que sea que quieras llegar...


martes, 10 de febrero de 2009

jueves, 5 de febrero de 2009

Santa Águeda

Después de teclear en el buscador de imágenes de San Google "buenorro en pelotas" y encontrarme esto.....mejor cuelgo un vídeo...



Felicidades chicas!!!