¿¿Cómo, no comes??

Tengo que advertir que en este artículo se habla de sexo e incluye palabras malsonantes así que es exclusivamente para mayores de edad. Si eres pequeñin no lo leas y vete a jugar a la Wii. No Pequeña Silvi, esto no va por ti, Tú si lo puedes leer. Ahí va.
Un día hablando con un amigo sobre sexo, me contaba que su mujer no quería que le hiciese sexo oral. Que decía que no le hacía falta. Mi sorpresa fue enorme. Me parece que es la primera vez que oigo que a una mujer no le gusta el sexo oral. Bueno, a una mujer o a un hombre. En mi vida había oído algo semejante. No se, puedo entender que haya a quien no le guste proporcionarlo, pero recibirlo? A nadie le amarga un dulce, no? Pues se ve que sí.
Yo le dije que se dejara de tonterías y se lanzase sin miramientos a besar y lamer la sonrisa vertical de su mujer, que ella seguro que no se iba a quejar. Contestó que ya lo intentaba pero siempre recibía como respuesta una colleja y un planchado de orejas al cerrar ella los muslos.
- Alma cándida, pero afeitate, hombre. Que esa barbita de tres días que llevas es muy moderna pero raspa más que una lija del ocho.
- Pues va a ser por eso, eh? Porque ella se depiló el potorro al estilo cheroky y ahora que le está saliendo no veas como me pinchan cada vez que echamos un kiki. Pues me afeito. Me voy a dejar la cara más suave que el culito de un bebe.
Ahí quedó la cosa.
Hace poco me encontré de nuevo con mi amigo, y seguía con su barba de tres días.
- ¿Pero tío, no te dije que te afeitaras?
- Y lo hice, y no veas que bronca me echo mi mujer. Que con lo guapo que estaba para qué coño me afeitaba. Para el tuyo, le contesté. Y le expliqué la causa de que me quitase la barba. Ella me dijo que si no me cabía en la cabeza que no le gustara el sexo oral. Que realmente, no me cabe. Pero claro, no se lo dije.
Como la situación parecía que no tenía solución le di el teléfono de mi amiga china. Con ella seguro que come coño, aunque no sea el que él espera.
Esta historia está un poco exagerada, pero está basada en un hecho real. Lo del amigo que tiene la mujer a la que no le gusta el sexo oral es completamente cierto. Por favor, si hay alguien más al que no le guste que lo diga, porque yo creo que es el único caso del mundo y mi amigo por lo menos podría sacarse una pasta llevando a su mujer a las ferias para que el público la lamiera. Ya lo estoy viendo.
- ¡Pasen y laman! Si consigue excitar a mi mujer recibirá un premio de quinientos euros. Pruebe su habilidad lengüil por sólo cincuenta euros.
Sin duda un gran negocio. Salvo que el problema sea él y no su mujer. Debe ser chungo ver como un pavo le saca brillo a la concha de tu mujer, que ella disfrute como una loca y encima tener que pagarle al tío quinientos euros.

Dani Badil